¿TIENE SOLUCIÓN EL COMERCIO AMBULATORIO?

 

Por: Mg. José Becerra Castañeda

 

BUSCANDO UNA DEFINICIÓN

Definir como tal, al comercio ambulatorio, resulta sumamente complejo por la diversidad de productos ofertados y por las modalidades adoptadas para esta actividad. Ambulatorio, indica movimiento, desplazamiento, un vendedor ambulante sería entonces un vendedor que recorre calles, plazas, vendiendo sus productos y, estos, son los menos observados en las ciudades. La gran mayoría se concentra en ciertas áreas y toman posesión de las veredas y calles para luego utilizar su espacio correspondiente como depósitos hasta finalmente construir kioscos donde desarrollan sus actividades económicas e inclusive familiar ¿Puede un vendedor establecido durante años en un kiosco ser  ambulante? Necesariamente debe redifinirse esta actividad.

CAUSAS Y EFECTOS

La causa del comercio ambulatorio radica en la estructura laboral y en las políticas gubernamentales que orientan dicha estructura en el país y que por sobre las buenas intenciones, generan un constante desempleo y subempleo. Quienes no cubren sus necesidades basicas con los ingresos de sus empleos, no encuentran empleo adecuado o son desplazados de la estructura laboral, pasan a incrementar el comercio ambulatorio en sus diversas expresiones.

En cuanto a sus efectos, estos son del dominio del ciudadano: deterioran el ornato de la zona céntrica de las  urbes, congestionan el tránsito vehicular, evaden tributos al fisco, atraen a la delicuencia, promueven el contrabando, y otros efectos que son innegables, de alli la preocupación de toda administración edil por solucionar este problema. Sin embargo, toda alternativa ha terminado en el más rotundo fracaso, tal como hemos visto en Lima, Trujillo Chiclayo, Arequipa. Ni siquiera la fuerza pública ha logrado hacer desistir a los vendedores ambulantes para que abandonen sus lugares habituales. En todo caso el abandono es temporal de los alrededores de los  mercados y otras áreas de concentración de ambulantes.

 

¿REUBICAR O REORDENAR EL COMERCIO AMBULATORIO?

Antes de hacer alguna propuesta para solucionar este fenómeno hagamos algunas apreciaciones.

  

El comercio ambulatorio es  una alternativa frente al desempleo y subempleo y por lo tanto constituye un elemento de amortiguación frente a los elementos económicos, políticos y psicológicos que generan la frustración económica. El ex alcalde Limeño Ricardo Belmenot tuvo mucha razón al afirmar: "Debemos dar gracias a Dios porque existen ambulantes, de lo contrario tendríamos delicuentes y terroristas".

 

El comercio ambulatorio genera importante renta municipal. En Chepén, se estima que la municipalidad recauda por concepto de sisa, el 20% de sus ingresos corrientes.

 

Con solamente estas precisiones, podemos afirmar que erradicar esta actividad es poco menos que tarea imposible ¿puede lograrse que el 42.2% de la PEA deje el comercio ambulatorio? En todo caso ¿la estructura laboral absorverá este 42.2% en  caso que dejen de ser vendedores ambulantes?. De alli que las propuestas que se hagan tienen que hacerse sobre la base de la aceptación de este fenómeno  social.

 

Veamos lo concerniente a dos categorías: reubicación y reordenación.

 

Muchas municipalidades han ensayado la reubicación, es decir, la nueva ubicación del comercio ambulatorio en lugares donde se considera no van a generar los efectos negativos mencionados. Se han construido para tal fin, mercados, mercadillos, galerías, se han acondicionado ferias buscando solares y lugares baldíos y, por sobre toda acción, los ambulantes regresan a sus lugares anteriores en un acto que algún Alcalde definió como "terquedad digna de evaluación psicológica" ¿Qué ocurre? sencillamente que a los nuevos lugares no concurre el público y sin público no puede desarrollarse el comercio. Los vendedores al volver no hacen más que defender el derecho al trabajo y a la vida. Es lo que a veces no se quiere comprender.

 

Porque, tambien resulta, que si bien el comercio ambulatorio tiene como causa el desempleo y subempleo, deviene luego en una ocupación de múltiples relaciones. Participa la familia al grado de que una vez que los hijos crecen cada cual es un vendedor informal, asi tenemos padres, hijos, yernos, nueras, sobrinos dedicados a la venta de frutas, otros de telas, confecciones o de artefactos electromesticos, pescado y carnes, etc. De igual manera, el comercio ambulatorio alienta en su interior otro tipo de actividades económicas tales como la venta de comida, mercaderías a crédito, juntas, panderos.

 

Finalmente tenemos las relaciones de camaradería que se cultivan entre los informales a quienes podemos ver por las tardes jugando casino, damas, ludo o consumiendo licor en ambiente festivo. De este modo, el comercio informal constituye un modo de vida familiar y de sustento económico muchas veces más elevado que el que pueden brindar las profesiones.

 

La reubicación no da resultados alentadores. Nuestra propuesta es el reordenamiento, lo cual significa un nuevo orden en lo administrativo, lo organizativo, lo económico, lo social, incluyendo el aspecto cultural. El reordenamiento físico debe hacerse sobre la base de estudios técnicos que incluya la dinámica del transporte y de la población, las relaciones socio-familiares, recreativas, flujos comerciales, etc.

 

Debe aprovecharse las organizaciones que han formado los ambulantes, asi como las relaciones sociales que establecen con los comercinates y vecinos. De igual modo, aprovechar los patrones culturales de los ambulantes, considerando el elevado porcentaje de migrantes andinos, para encontrar ciertos mecanismo de integración.

 

En fin, nuestra propuesta debe nutrirse del aporte multidisciplinario y técnico. No olvidemos que el D.S. 005-91-TR reconoce al ambulante la calidad jurídica de trabajador autónomo con sumisión a la Ley. Por tanto este amplio sector laboral espera alternativas en beneficio propio y de la comunidad.