Por: Lic. Nicanor Becerra Castañeda
El año 2014, los ciudadanos del país asistiremos a las urnas para renovar las
autoridades municipales. Más de un Alcalde intentará la reelección y la re
reelección, asumiendo que son los únicos que pueden conducir los destinos de un
distrito y/o provincia, ante las justificadas suspicacias de la opinión pública
que no ve con buenos ojos gestiones ediles ineficientes e inmersos en actos de corrupción, con el silencio cómplice del gobierno de turno.
Las provincias y distritos, necesitan de autoridades que reúnan ciertas
cualidades, conocimientos, capacidades y habilidades de liderazgo para afrontar
con éxito su rol de gobernantes locales. Necesitamos Alcaldes y
regidores que sean ejemplo de valores éticos y sociales: honestos,
con vocación de servicio, justos, solidarios, honrados, sinceros, responsables
y comprometidos con sus electores y el desarrollo de sus pueblos. Que sean visionarios,
perseverantes con su trabajo, que sean frontales en la lucha
contra la mediocridad y la corrupción que campea en la administración
pública, y que privilegien la atención de la problemática local, y el buen
trato del vecino y la atención del usuario.
Necesitamos autoridades con un mínimo de preparación técnica,
proactivos y con ganas de seguir preparándose; con conocimientos y dominio de
programas informáticos, en manejo de personal, en relaciones inter
institucionales. Que trabajen en equipo, con sus regidores, funcionarios,
empleados y obreros; que sepan dialogar, que sepan escuchar, sean sociables y
se orienten hacia la excelencia en los resultados de su gestión y de la
institución municipal.
Y como autoridades municipales para que cumplan a cabalidad sus funciones de
planeamiento integral y gestión del desarrollo, deben reunir las siguientes condiciones:
1. Tener una concepción de desarrollo humano integral y sostenible,
expresado en una filosofía, visión y objetivos estratégicos de desarrollo, así
como un conocimiento objetivo de la problemática local, con propuestas para la
solución de los problemas. Estas capacidades deben ser fortalecidas con la
experiencia municipal y compartida con todos los servidores municipales
nombrados y contratados, funcionarios y no funcionarios, empleados y obreros.
Se necesita, además, responsabilidad y compromiso; y que la misión y visión de
desarrollo sea interiorizado por todos los estamentos de la institución
municipal.
2. Promover una auténtica participación de la sociedad civil, en
todas las etapas del planeamiento municipal, desde la identificación de
problemas, necesidades, prioridades y potencialidades, hasta la ejecución de
actividades y proyectos con transparencia. El planeamiento del desarrollo tiene
como condición básica la participación organizada de los vecinos, considerando
que son éstos, el fin último de todo desarrollo. Esta condición se fortalecerá
cuando los representantes de la sociedad civil desarrollen capacidades de
planeamiento estratégico desde sus propias organizaciones, siendo las municipalidades,
quienes deben conducir actividades de promoción, sensibilización, comunicación
y capacitación, respetando las autonomías de las organizaciones. Recordemos que
promover no es pensar por ellos ni tomar decisiones por la sociedad civil.
3. Mejorar las capacidades técnicas de la gestión municipal, incorporando
personal especializado y con experiencia en las diversas áreas: desde
funcionarios, profesionales y técnicos, evitando la exclusión profesional. La
planificación y gestión del desarrollo es una labor de equipo
multidisciplinario con participación de la sociedad civil. Se trata de integrar
diversas percepciones de la realidad, su problemática y soluciones en lo
demográfico, social, educativo, económico, cultural y ambiental.
En síntesis, necesitamos autoridades municipales con liderazgo
transformador, con vocación de servicio y probada calidad ética, que tengan
clara su misión y visión de desarrollo integral y sostenible, con el soporte
profesional competente, articulado con la sociedad civil en permanente
coordinación; solo así conducirán exitosamente el desarrollo provincial,
identificarán problemas, necesidades y potencialidades; priorizarán la solución
de los problemas locales, la asignación equitativa de recursos financieros y humanos,
institucionales, ambientales, sociales, económicos y culturales de sus
distritos. En suma, harán viable el proceso de desarrollo
integral alcanzando mejores niveles en la calidad de vida de los vecinos.
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