Por: Nicanor Becerra Castañeda
El 5 de octubre del 2014 los ciudadanos del país asistiremos a las
urnas para renovar las autoridades municipales para el periodo 2015-2018. Más de un Alcalde intentará la
reelección y la re reelección, asumiendo que son los únicos que pueden conducir
los destinos de un distrito y/o provincia, ante las justificadas suspicacias de
la opinión pública que no ve con buenos ojos gestiones ediles ineficientes e
inmersos en actos de corrupción, solapados por la lentitud de las autoridades para dar sanciones ejemplares.
La ciudadanía una vez más observará una nueva campaña electoral,
donde primará el marketing de "más obras", o "las obras
continúan" y fuertes ataques, acusaciones (transparencia versus
corrupción); y una vez más la campaña electoral municipal verá excluida el
perfil de los candidatos así como de sus propuestas (planes de gobierno
municipal). ¿Qué alcaldes y regidores necesitamos?, es la
pregunta que los electores nos hacemos.
Las provincias y distritos, necesitan de autoridades que reúnan ciertas
cualidades, conocimientos, capacidades y habilidades de liderazgo para afrontar
con éxito su rol de gobernantes locales. Necesitamos Alcaldes y
regidores que sean ejemplo de valores éticos y sociales: honestos,
con vocación de servicio, justos, solidarios, honrados, sinceros, responsables
y comprometidos con sus electores y el desarrollo de sus pueblos. Que
sean visionarios, perseverantes con su trabajo, que
sean frontales en la lucha contra la mediocridad y la corrupción que
campea en la administración pública, y que privilegien la atención de la
problemática local, y el buen trato del vecino y la atención del usuario.
Necesitamos autoridades líderes, con un mínimo de preparación técnica,
proactivos y con ganas de seguir preparándose; con conocimientos y dominio de
programas informáticos, en manejo de personal, en relaciones inter institucionales.
Que trabajen en equipo, con sus regidores, funcionarios, empleados y obreros;
que sepan dialogar, que sepan escuchar, sean sociables y se orienten hacia la
excelencia en los resultados de su gestión y de la institución municipal.
Y como autoridades municipales para que cumplan a cabalidad sus funciones de
planeamiento integral y gestión del desarrollo, deben reunir las siguientes condiciones:
1. Tener una concepción de desarrollo humano integral y sostenible,
expresado en una filosofía, visión y objetivos estratégicos de desarrollo, así
como un conocimiento objetivo de la problemática local, con propuestas para la
solución de los problemas. Estas capacidades deben ser fortalecidas con la
experiencia municipal y compartida con todos los servidores municipales
nombrados y contratados, funcionarios y no funcionarios, empleados y obreros.
Se necesita, además, responsabilidad y compromiso; y que la misión y visión de
desarrollo sea interiorizado por todos los estamentos de la institución
municipal.
2. Promover una auténtica participación de la sociedad civil, en
todas las etapas del planeamiento municipal, desde la identificación de
problemas, necesidades, prioridades y potencialidades, hasta la ejecución de
actividades y proyectos con transparencia. El planeamiento del desarrollo tiene
como condición básica la participación organizada de los vecinos, considerando
que son éstos, el fin último de todo desarrollo. Esta condición se fortalecerá
cuando los representantes de la sociedad civil desarrollen capacidades de
planeamiento estratégico desde sus propias organizaciones, siendo las
municipalidades, quienes deben conducir actividades de promoción,
sensibilización, comunicación y capacitación, respetando las autonomías de las
organizaciones. Recordemos que promover no es pensar por ellos ni tomar
decisiones por la sociedad civil.
3. Mejorar las capacidades técnicas de la gestión municipal, incorporando
personal especializado y con experiencia en las diversas áreas: desde
funcionarios, profesionales y técnicos, evitando la exclusión profesional. La
planificación y gestión del desarrollo es una labor de equipo
multidisciplinario con participación de la sociedad civil. Se trata de integrar
diversas percepciones de la realidad, su problemática y soluciones en lo
demográfico, social, educativo, económico, cultural y ambiental.
En síntesis, necesitamos autoridades municipales con liderazgo
transformador, con vocación de servicio y probada calidad ética, que tengan
clara su misión y visión de desarrollo integral y sostenible, con el soporte
profesional competente, articulado con la sociedad civil en permanente
coordinación; solo así conducirán adecuadamente el proceso de desarrollo,
identificarán problemas, necesidades y potencialidades; priorizarán la solución
de los problemas del ámbito local, así como la asignación de recursos
financieros de manera equitativa y el uso óptimo de recursos humanos,
institucionales, ambientales, sociales, económicos y culturales de sus
distritos. En suma, harán viable la conducción del proceso de desarrollo
integral hacia mejores niveles en la calidad de vida de los vecinos, para
alcanzar el bienestar y la equidad social.
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