lunes, 30 de enero de 2012

EL RELOJ PÚBLICO DE CHEPÉN


Por: Miguel Tucto Chávez

El reloj público de Chepén es uno de los pocos de cuatro esferas que había en el Perú y empezó a ser realidad el 15 de junio de 1900, cuando don Pedro Saavedra reunió en el establecimiento de doña Carolina Palomino a los señores Juan V. Larrañaga, Antonio Figuerola, Sandalio Otoya Niño  y Víctor Magliola, con quienes conformó el Comité Pro Reloj Público de Chepén, del cual fue Presidente, iniciando inmediatamente una colecta que dio la suma de 260 soles oro aportados por ellos mismos.

En aquel tiempo, sólo unos pocos privilegiados tenían y lucían relojes de bolsillo, de plata u oro, siendo los más deseables los de marca Longines modelo 3 tapas, de oro, colgados de cadenas también de oro y más largas y gruesas cuanto más adinerado era el afortunado propietario. Se decía que las tapas eran para proteger las máquinas del polvo pero quizás si eran sólo vanidad.

Para recaudar fondos, el Comité Pro Reloj Público programó y realizó  actividades diversas como conseguir aportaciones de personas y empresas, y presentar espectáculos como fue el caso de la zarzuela "Aragón" cuya presentación dio 614.07 soles de utilidad, suma que fue depositada, junto con lo anterior, en el Banco Perú y Londres, de Pacasmayo. En Chepén no había agencias bancarias.

En sesión realizada el 3 de diciembre de 1909, el Comité estudió las propuestas presentadas por las firmas W. R. Grace y Cía., fechada el 14 de agosto, y Clocks y Cía., fechada el 6 de noviembre, con precios que no incluían las "pesas" del reloj porque podían ser hechas en Chepén, según los vendedores. De todas maneras, los 874.07 que poseía el Comité no alcanzaba a cubrir el precio del reloj.

Don Pedro Saavedra, a la sazón Alcalde Chepén, informó entonces que el Concejo Municipal había resuelto aportar 500 soles de plata, llegándose a formalizar el pedido a la casa Clocks y Cía., de los Estados Unidos, pero aún faltaba dinero para pagar el precio total.

En la sesión del 9 de octubre de 1910 se informó que el reloj estaba ya en la aduana de Pacasmayo, y se acordó contratar  al técnico de apellido Schettini para que lo instale y a la Compañía de Teatro Sánchez Osorio para una función de recaudación de fondos. Schettini cobró 400 soles por su trabajo.

El 1º de diciembre de 1910, el Comité aceptó la propuesta de Ranesi Borges para construir los adornos de la torre, desechando la de don Carlos Lombardi, inmigrante de Hualgayoc. Ranesi Borges cobró 570 soles, incluidos los planos, 15 balaustres en la parte inferior y 10 en la parte superior. Allí permaneció nuestro viejo reloj hasta que fue bajado y vuelto a instalar en la moderna torre de nuestro templo actual. El relojero don Juan Leu Sánchez fue el encargado del cuidado del reloj.

Hacia 1985, el reloj estuvo descompuesto ya por varios años hasta que el Club de Leones realizó una actividad para recaudar fondos con los cuales mandó a reparar el útil y tradicional artefacto. Desde 1989 estuvo otra vez parado y sin recibir atención del Concejo Provincial hasta que en el año 2002 fue nuevamente reparado y puesto a funcionar aunque ahora interrumpe de vez en cuando su marcha.

El reloj público de Chepén es ya centenario, en las noches serenas, silenciosas, el tañer de sus campanas se oye hasta más allá de 4 km de distancia.

(Fuente: Revista Monográfica de Chepén, Edición Nº 9, enero 2006)

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